Para el día 4 de septiembre, la oligarquía venezolana había convocado a una « jornada global » contra el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, pero sus mentiras solo fueron seguidas por unos pocos fanáticos ignorantes y terminaron siendo un fracaso, una prueba más de que NO VOLVERÁN.

No por eso los revolucionarios deben bajar la guardia, al contrario, es cuando más trabajo hay para demostrar al mundo lo que realmente ocurre en Venezuela, sobre como el pueblo manda.

Es necesario también desenmascarar al autodenominado “exilio” antichavista y denunciar como reciben el apoyo de los paramilitares colombianos repartidos por todo el mundo como “desplazados” de un conflicto sanguinario propagado por ellos mismos.

El día de ayer, 4 de septiembre, un grupo de latinoamericanos se dio cita en las afueras de la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela para manifestar su apoyo al presidente Hugo Chávez Frías y en él, al pueblo venezolano digno, que ha tomado el futuro en sus manos, transformándose así en un nuevo faro de dignidad para americalatina.

Luego de manifestar la solidaridad, las puertas de la Embajada se abrieron para acoger en su interior a los solidarios y compartir una amena conversación.

Fue en esos momentos en que se recibe el aviso de otros solidarios que en el centro de Bruselas, en el sector de la Bolsa de Comercio (que paradoja) se encontraba reunido un pequeño grupo de escuálidos y que pretendían manifestarse utilizando a las personas que se encontraban allí como fondo para decir luego de lo exitosa de su convocatoria.

Inmediatamente nos dispusimos a bajar al centro, a encarar a quienes se manifestaban por la muerte, la explotación, el analfabetismo, la falta de salud a la que tenían sometida a la población de Venezuela cuando eran gobierno. La sorpresa fue tal, de encontrar a un minúsculo grupo de no más de seis personas que ya estaban siendo conminados a retirarse por los transeúntes que comprendían sus oscuras intenciones.

Los gritos de “UH! AH! Chávez Vencerá!” Fueron retumbando en el edificio de La Bolsa, la cara de sorpresa de los escuálidos se iba mezclando con pavor al darse cuenta de que los gritos llegaban de todas partes y que estaban solos, que quienes les habían pagado para estar ahí, los habían dejado abandonados.

De pronto llegaron unas colombianas (tres) que venían a apoyar al narcopresidente Uribe y molestas porque se debieron retirar, solo se limitaron a realizar gestos amenazantes hacia quienes estábamos allí.

Sin miedo y con la fuerza que nos da la razón, nos quedamos allí esperando a los solidarios que comenzaban a llegar y a recibir el apoyo de los transeúntes que se expresaban con aplausos y bocinazos de sus vehículos al pasar por el lugar.

Bruselas libre de paracomandos, de siliconadas y vociferantes manifestantes antichavistas. Bélgica no les cree, el pueblo belga respalda al pueblo venezolano y les dice que las ideas fascistas de la oposición: No Pasarán!